El virtuoso bajista y arreglista Andy González, destacado en los géneros del jazz y la salsa falleció ayer, jueves en Nueva York, según confirmó su hermana Eileen Altomari y otros músicos puertorriqueños.González tenía 69 años, de los cuales más de 50 fueron dedicados a la música profesionalmente. Se desconoce la causa de la muerte del músico nacido en Nueva York, de padres puertorriqueños. Nació en el 1951 en Manhattan."Con profunda tristeza anunciamos la muerte de nuestro hermano Andy González, quien falleció anoche, jueves 9 de abril. Tenía 69 años de edad. Es difícil expresar con palabras el dolor que todos sentimos en este momento, pero nos reconforta saber que ya no está sufriendo y que ahora está en el cielo con Jerry y nuestros padres. Lo vamos a extrañar muchísimo. Les agradecemos por sus oraciones y cuando sea el momento adecuado, todos nos uniremos para celebrar su vida. Eileen y Artie González, y la familia González”, escribió la hermana del músico en su cuenta de Facebook.El percusionista boricua, Pedro Barriera también confirmó la partida física de quien fue uno de los contrabajos más destacados dentro de la industria musical con cientos de grabaciones musicales desde la faceta de director, productor y arreglista."Andy se inició como músico a los 13 años en el Latin Jazz Quintet, una agrupación inspirada en la musica interpretada por el vibrafonista Cal Tjader y en la cual compartía con su hermano Jerry. Aunque mucho tiempo antes Gerardo González, padre de González, ya habia iniciado la educación musical de su hijo: Gerardo era vocalista de Augie Meléndez y su combo”, recordó Barriera en su cuenta de Facebook.El fenecido bajista tuvo la oportunidad de trabajar con los nombres más importantes en la escena musical latina, incluidos The Fort Apache Group, Dizzy Gillespie, Tito Puente, Eddie Palmieri, Astor Piazzolla y Arturo O’ Farrill, entre otros.González fue el director musical y arreglista de “El Conjunto Libre”, agrupación en la década de 1970 cambió la escena salsera de New York. Tambié fue el arreglista del conjunto “La Perfecta” de Eddie Palmieri. Junto a su hermano Jerry fundó el Grupo Folklórico y el Experimental Nuevayorquíno y produjo tres grabaciones de LP: Concepts in Unity (1975), Lo Dice Todo (1976) e Homenaje a Arsenio (2011).Una de sus producciones más destacadas y elogiadas por los amantes del jazz es "Entre colegas", lanzado en el 2016.En el 2008, a González y su hermano Jerry se le dedicó el evento Heineken Jazz Fest.El músico Jerry González falleció en octubre de 2018 en España.
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En busca del lugar de Nueva York donde se "inventó" la salsa
Gerardo LissardyBBC Mundo, Nueva York
En el lugar de Nueva York donde la salsa se volvió música caliente para el mundo ahora hay un edificio moderno con un portero latino de uniforme gris, y cuando le preguntan si conoce la historia de aquel concierto se encoge de hombros y responde: "No".
Estamos en el número 310 de la calle 52 oeste de Manhattan, entre las avenidas Octava y Novena, una zona próxima a Times Square donde abundan los teatros y clubes nocturnos.
En esta dirección funcionó una disco ya desaparecida llamada Cheetah, que el 26 de agosto de 1971 albergó una velada mágica para que la salsa pasara a ser el fenómeno cultural que hoy se conoce en el mundo.
Y todo ocurrió de forma casi inesperada.
"Era un jueves a la noche, nadie pensó que conseguiríamos llevar algo de gente a ese club Cheetah", recuerda Larry Harlow, pianista de Fania All-Stars, la banda que tocó aquella noche.
El grupo reunía varias estrellas de la música latina —desde Ray Barreto hasta Willie Colón, desde Johnny Pacheco hasta Bobby Valentín— que prácticamente nunca se habían presentado juntos pero de pronto atrajeron multitudes.
"Había filas todo alrededor de la cuadra. Metimos un par de miles ahí, esa es una de las razones por las que elegimos el Cheetah: porque tenía una platea alta y podíamos llevar mucha gente", dice Harlow en diálogo con BBC Mundo.
Pero antes de evocar lo que pasó exactamente dentro de la disco, es necesario retroceder un poco más en el tiempo.
Un laboratorio especial Aunque no se los denominara salsa, la música y el baile latino tuvieron una fuerte presencia en Nueva York a lo largo del siglo XX y especialmente después de la Segunda Guerra Mundial.
Inmigrantes de Cuba, Puerto Rico y América Latina en general t rajeron diferentes ritmos a la ciudad, como el mambo, que sonaba los miércoles a la noche en el Palladium Ballroom, un local de baile a pocos metros de donde estaría el Cheetah.
En Palladium tocaron grandes como Tito Puente o Machito, y si bien reunía a un público principalmente latino, su ubicación en el corazón de Manhattan lo hizo un lugar conocido para la ciudad.
"Estaba en Midtown, entonces ahí había judíos, italianos, irlandeses, afro-americanos…", señala Derrick Washington, antropólogo y curador de una exhibición sobre "Ritmo & Poder: Salsa en Nueva York" que presenta actualmente el Museo de la Ciudad de Nueva York.
La música latina tuvo en la Gran Manzana una especie de laboratorio donde tomó influencias del jazz, incorporó trombones y otros instrumentos, y desarrolló en sus letras referencias a cuestiones como la discriminación o la pobreza.
Todo esto en un contexto general marcado por la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, la guerra de Vietnam y el embargo a Cuba, que llevó al público local a escuchar menos los ritmos propios de la isla y más el flamante sonido latino de Nueva York.
Y el concierto en el Cheetah, que juntó artistas de diversos orígenes, sacó definitivamente la música latina de lugares más reservados del Bronx o "El Barrio", en Harlem este, para volverla algo perceptible para todos.
"Había mayormente latinos allí", dice Washington a BBC Mundo, "pero había gente muy diferente".
"La banda comenzó a tocar"
Claro que algunos golpes de efecto contribuyeron a hacer de los Fania All-Stars y su noche en el Cheetah un fenómeno peculiar, con ribetes legendarios.
Fueron ellos quienes impulsaron la denominación de "salsa" para la música que producían, se dice que por ocurrencia de Pacheco, aunque la expresión ya aparecía en la letra de viejas canciones cubanas.
"La música salsa se estaba tocando hacía años. Tenía un nombre diferente: se llamaba música afro-cubana", explica Harlow. "Nosotros le pusimos un nombre. Y ese nombre quedó como pegado. Tito Puente solía decir: '¿Salsa? Pongo eso arriba de mi spaghetti '", agrega antes de soltar una risa.
"Salsa es solo un nombre. Es realmente música afro-cubana con un poco de bebop y destreza de Nueva York metidos dentro", define.
Otro factor clave es que el concierto fue grabado y filmado en 16 milímetros para el documental Our Latin Thing (Nuestra Cosa) , dirigido por el estadounidense Leon Gast, quien años después ganaría un premio Oscar por otro documental: When We Were Kings , sobre la pelea por el título de peso pesado de boxeo entre Mohamed Alí y George Foreman en Zaire en 1974.
"El Cheetah fue un lugar fabuloso… Tenía algo", asegura Gast a BBC Mundo. "Una vez que la banda comenzó a tocar, la gente bailaba sin importarle nada".
"Rolling Stones latinos"
Otra de las razones por las que eligieron el Cheetah fue su gran acústica, que permitía oír cualquier instrumento individualmente pese a la cantidad de gente reunida, explica Gast.
"Fue la primera vez de los Fania All-Stars y tocaron tan bien como jamás tocaron en su historia", dice. "Simplemente funcionó perfecto".
La película muestra al grupo de cantantes, con figuras como Héctor Lavoe o Cheo Feliciano , repartiéndose la escena al ritmo de la percusión de Ray Barreto, los timbales de Orestes Vilató, los teclados de Harlow…
Todo eso intercalado con escenas de costumbres latinas en las calles de Nueva York, desde una espontánea fiesta de barrio hasta una riña de gallos en algún antro de la ciudad.
Con un presupuesto de unos US$100.000, el documental de 1972 contribuyó a la fama de los miembros de la banda y su música.
"Abrimos las puertas de Sudamérica, Europa, Asia, de diferentes países que nunca habían escuchado nuestra música antes", señala Harlow. "Yo solía vender 25.000 discos y de pronto estoy vendiendo 150.000. No solo yo, sino todos. Éramos como los Rolling Stones latinos".
En 1973, los Fania All-Stars reunieron cerca de 45.000 personas en un concierto en el Yankee Stadium de Nueva York y al año siguiente tocaron en Zaire (ahora República Democrática del Congo) en el marco del duelo Alí vs. Foreman, uno de los mayores espectáculos de boxeo de todos los tiempos.
También se lanzaron dos discos sobre el concierto en vivo en el Cheetah, por parte de Fania Records, la empresa que estuvo detrás del fenómeno, nacida de una asociación entre Pacheco y Jerry Masucci, un expolicía de Nueva York y abogado que murió en Buenos Aires en 1997.
Los Fania All-Stars contaron luego con el aporte de otros grandes de la música latina, como Rubén Blades, Celia Cruz o Eddie Palmieri.
Se ha llegado a decir que el Cheetah fue el lugar que dio origen a la salsa, aunque ni siquiera lo sepa el portero latino del moderno edificio que hay allí ahora y Harlow descarte que haya sido tan así.
"Pero quizá fue el lugar donde nació el movimiento salsero", razona el compositor y productor. "Se podría decir de ese modo".
https://www.bbc.com/mundo/amp/
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ncreíble pero todavía hay ilusos que siguen tras la pista del fallido intento de re-inventar la rueda.
¡Quítate tú pa' ponerme yo! Estribillo de ‘Ahora bailo yo’, una composición de Rolando Fundora (1958).
Epifanía, palabra cuya definición en español es: Manifestación, aparición o revelación. Etimológicamente la expresión se deriva originalmente del Latin y esta del Griego. Más importante aún, para este caso, es el significado del vocablo en Latin, ‘tardío’. Ahora, para los efectos del caso podemos definir la expresión como ‘una revelación tardía’ que es en realidad lo que parece estar ocurriendo con consabidos ‘salseros’—primero Palmieri y ahora Harlow o ¡quítate tú pa' ponerme yo!
“La palabra salsa no significa nada. Todos esos ritmos tienen su propio nombre…“ Eddie Palmieri
"Salsa es solo un nombre. Es realmente música afro-cubana…“ Larry Harlow
Harlow es solo otro más que admite lo innegable ya que lo que siempre ha interpretado es música afrocubana o simplemente 'cubana'. Probablemente, lo próximo que Harlow nos revele sea que le pone "salsa" a la sopa de "matzo balls" que estoy seguro acostumbra consumir.
Andy González durante su presentación en el 2008 en el Heineken Jazz Fest.
Biografía
Miguelito Cuní
Nació en Pinar del Río, la provincia más occidental de la isla de Cuba, en el seno de una familia humilde. Durante su época de escuela se dedicó al ejercicio de oficios menores para ayudar a la manutención familiar. En 1932, con quince años, se inició como vocalista en la agrupación "Los Carameleros". Al poco tiempo, fue vocalista del Septeto Lira, el Septeto Caridad y otras agrupaciones de su provincia.
A partir de 1938, ya en la Habana, pasó a formar parte del conjunto de Arsenio Rodríguez, y también trabajó activamente con las orquestas “Melodías del 40” y Arcaño y sus Maravillas, realizando grabaciones y presentaciones en vivo y en la radio.
Durante los años cuarenta desarrolló una intensa vida artística, vivió dos años en Panamá y en 1949 se estableció en Nueva York, como director de la orquesta del trompetista Félix Chappottín.
Trabajó con iconos de la música cubana como Beny Moré y en 1956 viajó a Caracas a trabajar con el “Bárbaro del Ritmo” con el conjunto “La Tribu”. En el año 1960 retornó a Nueva York, donde realizó diversas presentaciones, incluyendo el célebre “Palladium”.
Retornó a Cuba en 1966 donde fundó su propio conjunto. Participó en el film "Nosotros, la música" y otros documentales. Algunas de las melodías que alcanzaron popularidad en su voz fueron Con maña se rompe, No hay amor sin caridad, Viejo Socarrón, Nos estamos alejando, Canallón, Quimbombó, Yo sí como candela, Ay qué Canuto, Ya tú ves campeón, Cuento na' ma, Mi son, mi son, mi son, Alto Songo, Canto al monte, Cuchillo para la piña cubana, Sacando palo del monte, Camina y prende el fogón, Rompe Saragüey, Convergencia, La protesta de Baraguá, Todos bailan con la guajira, Cárdenas, Guachinango, El carbonero, entre otras, la gran mayoría grabadas con el conjunto Chappottín y sus Estrellas, grupo con el que logró gran proyección y en el que cantó hasta su muerte.
Falleció el 13 de marzo de 1984 en el Hospital Hermanos Ameijeiras de la ciudad de La Habana.
Celebrando los 90 del Septeto Nacional “Ignacio Piñeiro”
Por: Dr.C. Ricardo R. Oropesa Fernández
El próximo día 13 de diciembre 2017 estarán de fiestas los integrantes del Septeto Nacional de Cuba del Maestro Ignacio Piñeiro Martínez junto a sus amigos, admiradores y seguidores de la música tradicional cubana celebraran el onomástico 90 de su fundación en La Habana, el Gran Concierto “Celebrando los 90” como se ha titulado, tendrá como escenario el emblemático e histórico Teatro América ubicado en la calle Galiano (Avenida Italia) en Centro Habana, allí comenzará a las 8 pm. Hasta el momento han confirmado la invitación de participación los artistas Mandy Cantero, cantante de la orquesta Van Van; María Victoria, máximo exponente de la música campesina; los soneros Gustavo Oliva y William Borrego, así como el pianista Orlando “Landy” Pérez de la orquesta Aragón.
Como antesala a esta celebración están programadas dos actuaciones, la primera, “Gran Bailable de Sones y Rumbas” en homenaje a Ignacio Piñeiro, el día 24 de noviembre en escenario del novedoso Centro Cultural de Plaza (Casa de la Música) ubicado en 31 y 2 del populoso barrio La Timba, allí comenzará a las 11 pm.
Y la segunda, el día sábado 9 de diciembre a las 2:00 pm, en el Salón de la Sociedad de Federaciones Asturianas, ubicada en Paseo del Prado esquina Virtudes, en Centro Habana, allí se homenajeará a los actuales integrantes del Septeto Nacional por su labor en defensa de la música cubana y a Ignacio Piñeiro por su contribución a la creación del Himno del Principado de Asturias, con su son habanero “Asturias patria querida” de 1929
Como es de esperar - afirma Frank ”El Matador” Oropesa, director general de la agrupación sonera - a estos festejos se incorporarán otros músico cubanos y foráneos, que junto a las Instituciones de la Cultura de seguro estarán apoyándonos y celebrando este acontecimiento musical, tal es el caso de la Casa Editora “Bis Music” de Artex, S.A. que, una vez mas, ha solicitado los derechos de imagen para la filmación del Gran Concierto del día 13 diciembre para un nuevo producto audio visual.
El Septeto Nacional “Ignacio Piñeiro”, registrado el 13 de Diciembre de 1927 por Ignacio Piñeiro en el barrio de Pueblo Nuevo, La Habana, Cuba. Única agrupación musical premiada, el siglo pasado, con Medalla de Oro en dos Ferias Universales (Sevilla, España, 1929 y Chicago, USA, 1933). Por ser la primera agrupación cubana en viajar al viejo continente en 1929, reciben el título Honorífico de “Embajadores del folclor cubano en Europa”. La nominación a los Premios Grammy Anglosajón 2003 y Latino 2013 y 2016, demuestran su vigencia próxima a celebrar sus 90 años de fundación.
Ignacio Piñeiro Martínez (1888-1969) es como la estrella Polar que guía a nuestros músicos, en el universo musical de Cuba, en el 129 aniversario de su nacimiento, continúa vigente por el sendero glorioso de la música cubana. ”… El Septeto Nacional es el más universal de los Septeto de sones” [1]
El programa previsto para los conciertos incluye obras musicales antológicas y de los actuales integrantes, que por alrededor de dos horas harán bailar y disfrutar de lo mejor de su repertorio y el estreno mundial de un son habanero dedicado por Frank Oropesa a Ignacio Piñeiro titulado “El Son de Piñeiro”.
El Promotor Cultural de la agrupación, Lázaro Tamayo, destaca: sabemos que a nuestra invitación del Gran Concierto “Celebrando los 90” muchos estarán interesados en participar pues tenemos muchos amigos y seguidores en el mundo y que harán todo lo posible por estar junto a nosotros el día miércoles 13 de diciembre, pero previendo tengan otras opciones para celebrar con nosotros hemos programados las fechas del 24 noviembre y el 9 diciembre, para que todos puedan participar junto a nosotros y celebrar nuestro 90 Aniversario.